Toda construcción tiene unas características exclusivas que no se dan en ningún otro sector y que hacen que sea imposible prever absolutamente todo lo que sucede durante el proceso constructivo de tal forma que los costes del constructor variarán con respecto a lo previsto, con especial énfasis en las partidas que se ejecutan de cota cero para abajo, en las que el coste es muy difícil de prever.